La doctora Luz Marina Quintana, jefa del Programa de Salud Ocular del Ministerio de Salud de Paraguay, comentó que las radiaciones ultravioletas son producidas principalmente por el sol, las soldaduras y las camas solares, la nieve, desiertos y las superficies de agua. Afectan, sobretodo, al los párpados, a la córnea, conjuntiva y el cristalino.
Las radiaciones ultravioletas no producen alteraciones en la retina, el sol afecta a ésta por sus otras formas de rayos (diferentes longitudes de onda). Las peligrosas para el ojo son las comprendidas entre las longitudes de onda de 14 a 480 aproximadamente. La córnea es la que absorbe todas. Las demás estructuras son afectadas por las que están entre 240 a 480.
En los párpados, produce irritaciones, enrojecimientos y, por exposiciones prolongadas, pueden dar quemaduras de diferentes grados. En la córnea produce una queratitis y en la conjuntiva una irritación. Los síntomas son: inflamación, ardor, dolor, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño. Si la córnea no está afectada, no hay alteración de la visión.
El cristalino, que es la lente natural de nuestro ojo, transparente, por exposición prolongada al sol puede opacificarse y así, producir catarata. Esto sucede porque el cristalino no posee vasos sanguíneos, es decir, no tiene un mecanismo disipador del calor, que al concentrarse en él produce la catarata.
Los síntomas producidos por las radiaciones ultravioletas aparecen alrededor de 6 a 8 horas de la exposición, excepto en la exposición por nieve, donde la aparición suele ser más temprana, ya a las 2 horas aproximadamente. El tratamiento consiste, básicamente, en evitar la exposición prolongada, usar protectores como gafas con adecuados filtros ultravioletas y sombreros de ala grande. Es interesante resaltar que los lentes no deben ser pequeños para dar una buena protección. Ante cualquier molestia consultar rápidamente acudiendo al centro de salud más cercano.
Los médicos decidirán si deben usarse analgésicos y anti inflamatorios locales; en casos más severos, por vía oral, compresas frías, lágrimas en colirio o gel en colirios y oclusión en casos en que la córnea se encuentre afectada. No está indicado el uso de antibióticos si no existe una sobreinfección. Dentro de las estructuras del ojo, específicamente los anexos, como los párpados (piel), puede producir una de las afecciones más temidas y malignas que es el melanoma (uno de los cánceres más malignos).
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