La salud también sufre en verano

domingo, 20 de julio de 2008

El estío, por el calor y el aumento de las radiaciones solares, puede tener consecuencias negativas en todas las partes del cuerpo que se pueden evitar si se cumpen unas sencillas medidas preventivas.

El verano es época para relajarse, disfrutar de la familia y los amigos y desconectar de la rutina del trabajo y la vida diaria en la playa, la montaña o en viajes turísticos. Pero la salud no entiende de estaciones, y el verano, muy positivo para unas cosas, puede ser nocivo para el organismo si no se toman precauciones. Pocos saben las consecuencias del sol y la cantidad de patologías cuya aparición es mucho más habitual durante los meses estivales. De hecho, todas las partes del cuerpo tienen riesgo, por lo que el dicho sobre salud 'más vale prevenir que curar' toma especial significado en esta época.

Ojos

Utilizar gafas de sol. Es el único cuidado que necesitan los ojos en verano. Con este gesto podremos evitar consecuencias a corto y a largo plazo porque, al igual que la piel tiene memoria, una exposición inadecuada al sol desde el punto de vista ocular puede ocasionar lesiones graves. En la arena se refleja el 15% de los rayos del sol y en la superficie de los barcos, un 25%. "El problema es que la población desconoce el efecto del sol en los ojos y que ocasiona graves lesiones e incluso pérdida de visión", asegura la óptica-optometrista de Afflelou en Granada, Begoña Martínez. Porque la piel de los ojos es 20 veces más sensible que la del resto del cuerpo, por lo que también se podría llegar a sufrir cáncer. Las patologías a corto plazo son la queratitis solar y la quemadura retiniana mientras que a largo plazo se habla de alteraciones de córnea, quemaduras agudas, cataratas o degeneración macular. El uso de las gafas es la solución, pero tienen que ser homologadas, porque las que no lo están no protegen. De hecho, es peor llevarlas ya que al tener lentes oscuras el ojo reacciona y dilata la pupila entrando aún más rayos sin protección. Lo ideal es filtro de grado 3. Y es importante usarlas desde la infancia, porque el 80% de la radiación solar que puede dañar la visión en el futuro se recibe antes de los 18 años. En el mercado hay gafas para niños a partir de los dos años. Antes, no se aconseja una exposición al sol.

Oídos

Con el calor y la humedad se incrementa el número de bacterias y hongos que causan la mayoría de las otitis estivales y el agua contaminada de las playas y los residuos aceleran la formación de tapones de cera. Por eso, hay que ser cuidadosos con los oídos ya que con estas infecciones el riesgo de padecer un problema auditivo se incrementa un 50%. La prevención consiste en mantenerlos limpios. Para ello, no hay que utilizar bastoncillos para limpiarlos sino productos especiales (difusores de agua marina) que facilitan la eliminación de cerumen. En el agua, es mejor usar tapones.

Aparato digestivo

Por un lado, están los efectos de la alimentación y por otro, las reacciones a los cambios de temperatura. La diarrea y los empachos son frecuentes en este periodo. La forma de evitarlos es realizando comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, verduras, zumos). Cuando aparecen diarreas, se recomiendan las bebidas isotónicas, importantes también para prevenir deshidrataciones. El efecto de los cambios de temperatura son los cortes de digestión. Para prevenirlo, no hay que bañarse hasta 2 horas tras la comida ni hacerlo con brusquedad.

Piel

La mayoría de la población utiliza cremas solares, pero muy pocas veces se hace bien. El protector solar hay que ponerlo 30 minutos antes de exponerse al sol y renovarlo cada dos horas y al salir del agua. Luego está la parte que menos se cumple, adaptar el grado de protección al color de piel. Según el tipo, hay un tiempo máximo de exposición al sol sin quemarse. Con un índice de radiaciones mayor a 10 (habitual en verano), una persona morena aguanta sin quemarse unos 25 minutos, un castaño 20 minutos, un rubio unos 18 y un pelirrojo o rubio pálido, 15. El factor de la crema indica que nos protegerá un tiempo equivalente al grado de la misma. Con todo, hay que evitar exponerse entre las 12:00 y las 17:00 horas. Además, hay que saber que la radiación solar puede penetrar hasta un metro en agua clara y que en montaña, cada 300 metros de altura aumenta un 4% el poder de las radiaciones ultravioleta.

Pies

Hongos, pie de atleta, rozaduras, ampollas. Los pies son los grandes olvidados, pero el verano también les afecta. El gran riesgo es la humedad y el contagio de hongos, así como un calzado inadecuado. Se recomienda utilizar chanclas es piscinas, vestuarios, duchas públicas, lavarlos bien y cambiar el calzado.

Organismo

Hay otras patologías asociadas al calor como la debilidad, la deshidratación o el golpe de calor, un síndrome que eleva la temperatura corporal más de 40 grados y que requiere asistencia médica urgente.

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