Ojo con el verano

lunes, 28 de julio de 2008

La práctica deportiva sin proteger los ojos y las infecciones oculares son los motivos que más nos llevan al oftalmólogo durante la época estival.

Los ojos son una parte especialmente sensible del organismo, algo que puede verse agravado durante el verano. Los días se alargan, las temperaturas suben, la humedad se reduce, se incrementa la práctica deportiva y las visitas a las piscinas, sin olvidar los ambientes modificados por el aire acondicionado; todo ello contribuye a que las lesiones oculares se conviertan en habituales durante esta época del año. Una alta exposición al sol sin tomar precauciones puede acarrear consecuencias a corto y largo plazo en la visión, tanto de mayores como en los más pequeños.

Las consultas oftalmológicas durante este periodo vienen derivadas, en algunos casos, de la práctica de deportes sin la protección adecuada. Las pequeñas pelotas que se utilizan en deportes como el golf, el tenis, el padel o el squash, pueden terminar impactando en los ojos y provocando graves lesiones. Para evitarlo, sólo hay que tomar sencillas precauciones como el uso de gafas especiales para la práctica de este tipo de deportes. Tampoco debemos olvidar el uso de gafas de natación cuando se practique este deporte, sea la época del año que sea, para evitar la irritación de los ojos.

Las infecciones oculares tanto bacterianas como víricas también suelen ser más comunes en verano. Según el doctor Ignacio Ferrando, director de Programas Médicos de Sanitas, “estas últimas son fáciles de propagar y difíciles de abordar con un tratamiento específico, por lo que el remedio más efectivo suele ser la desinfección de los utensilios del afectado. La conjuntivitis y queroconjuntivitis son también frecuentes debido a la excesiva cloración del agua de las piscinas”.
Estas incómodas situaciones podrían evitarse siguiendo los consejos que apunta el doctor Ferrando: “unas buenas gafas de sol, la protección a la hora de hacer deporte y el conocimiento de los riesgos que existen a contraer infecciones oculares, son algunas recomendaciones que no debemos perder de vista durante estas fechas. La prudencia y la consulta con nuestro médico u oftalmólogo de confianza en caso de duda, nos ayudarán a disminuir los riegos que el verano puede provocar en nuestros ojos”.

Unas buenas gafas de sol, imprescindibles
La elección de unas gafas de sol correctas es fundamental en lo que a salud ocular se refiere. Un cuidado diseño no tiene porque estar reñido con unos cristales de calidad, que cumplan con la normativa europea en este aspecto. A pesar de que el mercado y los especialistas brindan a los consumidores un sinfín de posibilidades, los datos revelan una realidad bien distinta. Según un estudio del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, las lentes de casi el 80% de los 12 millones de gafas de sol que se vendieron en España durante el año pasado no pasaron ningún control de calidad.

Las gafas de sol están consideradas por la legislación europea como un equipo de protección individual (EPI), lo que implica el cumplimiento de unas exigencias de calidad a través de factores como el filtro de protección, el color del cristal y la montura. Estos factores dependerán del uso que se les vaya a dar a las lentes y del estado ocular de la persona que vaya a usarlas.

El director de Programas Médicos de Sanitas recomienda seguir unos consejos prácticos para olvidarse de las lesiones oculares durante la época estival:

1. Utilizar gafas de sol homologadas por la Unión Europea, con el sello distintivo CE.

2. La lente debe llevar especificado la categoría del filtro de protección, que va del 0 al 4.

3. Los cristales deben proteger de los rayos UV, que debido al deterioro de la capa de ozono se filtran a la atmósfera.

4. Junto al filtro de protección, el color del cristal determina la luminosidad y el tipo de radiación que recibirá el ojo. Entre los colores más adecuados para los cristales de gafas se encuentran el amarillo, el rosa, el gris, el verde y el marrón. Los colores de los cristales recomendados son el verde, para espacios de mucha claridad e hipermétropes, y el marrón, que potencia el contraste cromático y favorece a personas miopes y con cataratas.

5. La montura debe alcanzar unos estándares mínimos de calidad. Según la norma europea deben cumplirse las exigencias en materia de resistencia mecánica e impacto, así como inflamabilidad y radiación.

6. Es preferible no utilizar gafas de sol a utilizar aquellas que no protejan de las radiaciones ultravioletas.

7. Utilizar gafas de sol apropiadas en la practica de deportes que utilicen pelotas pequeñas como son el golf, el tenis, el padel, el squash…

8. Utilizar gafas especiales, tanto en la práctica de deportes de agua como durante los juegos en el interior de la piscina o aguas cloradas.

9. Proteger especialmente los ojos de los niños, no poniéndoles nunca gafas de sol juguete, pues su vista es más sensible que la de los adultos.

10. Una dieta equilibrada también contribuye a una buena salud ocular. La vitamina A es esencial para conservar una buena vista diurna y nocturna, combinada con las vitaminas C y E ayuda a retrasar algunas enfermedades oculares como las cataratas.

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